
He, tú
lee mi verso
y deja de ridiculizarte.
No ves que tu juego
ya he visto
y de él no participo.
Escribe tú tu verbo
y déjame a mí
navegar por mis fantasías
esas que como dagas ardientes
descuartizan el impoluto blanco.
Sí. tú,
que por poeta te tienes,
y no ves cómo de ti se mofan
hasta las mismas rimas,
Escribes…
y las mismas palabras
te engañan,
forman frases o versos
que ni tu imaginaste
pudieran nacer de tu pluma.
Tú,
alardeas, pavoneas
de tu poema...
y tan solo es
un conjunto de palabras
que no dicen nada…
que no dijera un niño de 5 años.
Te atreves a escribir,
buscar la osadía de mi verbo,
sin temor al hacha del verdugo,
a la hoja de la guillotina.
sin miedo a mi verso.
Tiembla hombre.
si deseas ser poeta…
comienza a viajar por las estrellas
las noches que estén ausentes,
comienza a amar a una mujer
el día que no repose en tus brazos,
comienza a llorar por una rosa
que carezca de espinas, perfume
No le eches el guante a mi pluma
pues está ávida de destrozar
el sustantivo que te sostiene,
y ansiosa de verte agonizar
ante el altar de mil musas.
Romero de Buñol
16-06-2011
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