He bebido
todo el vino de mi vida,
he amado
a todas la mujeres que deseé,
y cuando el hastió de todo
comienza a llenar mis venas
paseo este viejo cuerpo cansado
por la sombras de un jardín
donde las ninfas habitan
y provocadoras me llaman.
Quisiera entregarme a ellas,
quisiera abrazar su bello cuerpo
quisiera…
que fueran reales,
y que sus besos me devolvieran
esa juventud que ellas
brindan en cada caricia
a quien aman…
Sí…
cuantas beses me entregué
a ninfas que no era soñada,
unas que su cuerpos irradiaban belleza
y sus besos eran vida tras la muerte.
Me entregué…
las amé y me amaron…
y hoy...
con mi cuerpo ya caduco
paseo a diario por este parque
donde las ninfas posan…
me llaman,
y sé…
que abdicaré mi vida
y en sus brazos
hallaré mi fin.
Romero de Buñol
29-01-13