alarido

Rompe en la noche un alarido de placer,
otro grito que ahogado por un beso
resuena, retumba, grabe en la alcoba…

Triunfante ella, sonríe agitada,
mientras su lengua busca el asta
de su amante sometido, vencido,

Él no se siente derrotado,
él no se siente esclavo,
no se siente sumiso.
Su alarido no fue de capitulación,
fue el triunfo de la eternidad.

Ella,
gozosa, jubilosa…
Diosa de la creación…
en chillidos ofrenda su tributo
que en descargas recorre su cuerpo,
desnudo…
satisfecho…
acalorado…

Romero de Buñol
29-11-10

petalos de rosa

Pétalo a pétalo desnudo la rosa,
su aroma invade mi sed,
bebo su perfume de mujer,
saboreo sus pétalos de terciopelo
que en mis boca s desvanecen…

Mi lengua explora su aureola de frenesí,
mis dedos acarician su eternidad,
y mi alma muere tras su ambrosia,

Ebrio del aguamiel
me desvanezco en la nada,
esa que existe en el clima de la cópula,
o aflora a tus ojos mortales
tras el beso donde te entrego mi vida.

Romero de Buñol
26-11-10

bocado a bocado

Bocado a bocado,
te visto con tu desnudez.
Bocado a bocado,
arranco tus gritos de silencio,
Bocado a bocado,
incendio el infierno de las delicias
Bocado a bocado,
si mujer,
bocado a bocado
me entrego a tu alma.

Romero de Buñol
25-11-10

tu amante

Mira descarada la luna,
y en tu pubis se refleja
el deseo que ella anhela.

Observa tu cuerpo sudado,
ebrio de pasión y deseo
que bajo el manto de estrellas
goza inmoral de tu amante.

Chíllale,
tu goce en climas chíllale,
que se ruborice por tu osadía
de amar desenfrenadamente
a tu amante bajo su mirada.
A tu amante que ella querría poseer.

Romero de Buñol
25-11-10

el pajarito

Pasa el pajarito el día
en la ramita del árbol,
tras las nubes, ve correr el tiempo.

la primavera,
flores le regala,
el otoño,
con ocres le ofrenda…
y nuevamente las hojas
se lleva de la ramas…

Frío,
gélido el invierno,
y él en la ramita pía.
sube, baja, revolotea…
y desde esa barita…
ve correr el tiempo
que tras las nubes se escapa.

Romero de Buñol
23-11-10

segundo

Tan breve era,
tan repetido en el tiempo
que lo llamaron segundo.

¿por qué los míos se hacen eternos
en tu ausencia?

Romero de Buñol
23-11-10

vivir

Hallé el sentido de la poesía
sobre tu cuerpo de madrugada,
vestida de amanecer,
desnuda de ambiciones…

Nos amamos,
y en la conjunción de sexo,
floreció el verbo “amor”
vestido de metáforas
que creaban la poesía…
que daba sentido al otro verbo,
el verbo “vivir”

Romero de Buñol
22-11-10

tu nombre

Tu nombre es ese murmullo que trae la mañana,
es ese anhelo que viste mi despertar,
la luz que guía mi miedo a la paz de la serenidad.

Tu nombre… canto glorioso del deseo
que mi mente nombra a la desesperada en tu ausencia,
y mis besos cantan a la luz aterciopelada de tu desnudez…

Tu nombre mi amor,
sigo nombrándote sin que tu lo sepas.

Romero de Buñol
16-11-10

locura de amar

Cada caricia mía que en tu cuerpo muere
acerca mi ser a la locura del delirio,
a la enajenación de la conciencia,
a la obsesión del roce de tu piel cálida,

Cada uno de tus besos que en mi alma incide
conduce mi ser al abismo ardiente del deseo,
a la ofuscación de sentir tu ser en mis labios.

Tu beso, camino a la obcecación de abrazarte,
apretarte hacia mí, de fundirme en ti…
evaporar la incongruencia de dos cuerpos
que al unísono se depositan en el ensueño…
de la ternura, calidez, amor… locura de amar.

Romero de Buñol
16-11-10

una hoja

Cada día te regalaré mujer,
una hoja en blanco,
para que en ella cinceles
las alegrías, los miedos,
las ilusiones y los anhelos.

Diariamente escribiremos
los brindis callados al alzar la copa
las sinrazones de lo obvio
las frustraciones de lo divino…

Si mujer, cada día,
y al final de algún mañana
todas juntas formaran un libro
cuyo titulo seguramente será:
“FELICIDAD”

Pues esta se escribe así
día a día ante una nueva hoja,
de blancas esperanzas…

Romero de Buñol
14-11-10

despertar

Desperté sintiendo tu cuerpo
que cálido se abrazaba a mí,
miré la luna que rielaba en la noche
y celosa lloraba estrellas…

Me abracé a ti, te besé,
dando la espalda a la llorona luna,
ignorando la noche, el día…

Ausente de tiempo y espacio
te amé…
mientras las constelaciones
cantaban penas malditas
por romper el hechizo de la luna…
que mortecina callaba.

Romero de Buñol
12-11-10

¿sabes paula?

¿Sabes Paula?
Hoy quería escribirte uno poema de esos,
sí, de los que no te gustan.
Quería hablar de amor,
y sé que lo nuestro llega más allá,
quería hablar de ternura,
y sé que cuando estas a mi lado
fluye como un torrente,
quería hablar de los juegos
de esos que juntos hacemos,
quería que hablara “Puñetas”
que pasara el “Borrachito”

Quería recordar los diez años,
eso que pasaron como un suspiro fresco,
desde que la vida me hizo padre…
Quería volver a abrazarte en la cuna,
oler tu perfume a bebé, tu sonrisa…
Quería... revivir las alegrías,
esas que ingenuamente me has regalado,
desde un beso dulce, por que sí,
a una noche de amarguras, y llanto
y pasar la noche desvelado, sin dormir
cuidando de tus miedos, temores…

¿Sabes Paula?
Mañana te abrazaré, y te daré las gracias,
gracia por regalar a tu padre esta dicha…

Romero de Buñol
09-11-10

perdida

Perdida…
te busco entre las sombras,
las sombras de mi pasión,
las sombras de mi sabanas,
las sombras de mis desvelos…
te busco…

En cada esquina aparece tu perfume,
y al doblarla… tu recuerdo me aguarda,
me abrazo a él, te siento…
pero tan solo es una sombra más…

Tu voz me invade,
en mi cama, tus jadeos,
en el salón tu cantar…
en la vida… tu vivir…
intento traerte a mi momento
y te desvaneces en la sombra…

Perdida…
marchaste a África…
o tal vez… Roma, Sicilia…
quien sabe si Paris…
pero tus sombras siguen invadiendo
cada rincón de mi ser…

Romero de Buñol
07-11-10

susurrame

Susúrrame,
el verbo amor susúrrame,
no en palabras quiero oírlo,
pero si que deseo sentirlo
clavado silaba a silaba en mí.

Susúrrame con la mirada
borracha de deseo, turbación,
ebria de añoranza, anhelo…
que tu mirar mujer me susurre.

Deseo escuchar
cómo tus caricias me hablan calladas,
me cuentan del deseo que florecía
en tus yemas ansiosas de mi…
escuchar tus caricias susurrándome
sobre mi piel gastada de esperarte.

Susúrrame…
susúrrame al oído,
mientras abrazado a la sinrazón
mi cuerpo te posee frenético,
y en susurros clavados al amor
en tus labios escribo “te quiero”

Susúrrame,
si mujer… susúrrame el verbo
amor…

Romero de Buñol
06-11-10

oda

Ciertamente una oda se merece,
aunque nadie se atreviera a escribirla,
tan sólo yo disfrutaría seguramente.
Por belleza, por firmeza, bien lo merece.

Una oda a esa parte de ti,
donde mis manos anidan en el beso,
y cuando caminas, ahí muere mi mirar.

Dulzura sin fin al acariciarlo, al morderlo,
exhuberancia de la forma prosaica,
exaltación de la lujuria cubierta,
gozo deseado en la fría soledad.

Tu culo mujer,
a él le voy a dedicar mi prosa,
mi oda, mi cantar…
al gozo de vivirlo, de sentirlo.

Romero de Buñol
04-11-10

tiempo

Yacen los escombros en el barro,
abocados en el charco del dolor,
esperando que el tiempo los lleve
al reposo del insostenible olvido.

Flota tu mortecino recuerdo,
que con trémula incandescencia resplandece,
mientras las estrellas fugaces rielan
en orbitas reflejadas sobre agua embarrada.

Sanguinolentas las esperas nos regalan el tiempo…
que secará el húmedo barrizal,
secando la yagas del dolor…
borrando lo inolvidable.

Romero de Buñol
03-11-10

enamorado

¿Qué verbo voy a conjugar
con la dulzura de tu besar?
¿Con que voy a rimar tu caricia
sobre mi magullado ser?

¡Ay mujer!
el deseo y el frenesí juntaré
en la marmita de la pasión
regándolo con la dulzura…
esa que mana de tu femenino cuerpo,
la alquimia producirá su milagro,
llevándome al camino del ser
al caminar bajo tu conjuro, embrujo,
a pasear enamorado por esta vida.

Romero de Buñol
03-11-10

aúlla el perro

Aúlla el perro en la noche,
tiembla la luna mortecina,
el frío desgarra las hierbas
congelando los viejos charcos
de aguaceros caídos tras la niebla.

Canta en la profundidad del miedo,
desde el fondo de terror aúlla,
abriendo la angustia de la muerte
que en los colmillos pasea el can.

Crepita el fuego en la chimenea,
la vela tiembla y llena de luz,
tu besos en medio de la nada
protegen mi miedo callado,
saboreo tus tiernos abrazos,
que arrancan los miedos de la noches
callando los aullidos de la soledad.

Aúlla el perro, tiembla la luna,
y en tus pétreas murallas me resguardo
de la fría noche de soledad.

Romero de Buñol
02-11-10