Silenciosa viene la noche,
las estrellas iluminan tu rostro
atrapado en mi mente…
Delicado y sutil tu recuerdo
anhelo perfumarlo en mi presente.
Esclavo de tu rostro soy,
vivo tu recuerdo,
tormentosa mi mente a ti vuelve.
insistente en verte reflejada,
mostrándote altiva y bella…
olvidada de las estrellas
viviéndote en la realidad…
amándote… sin ser una ilusión.
Romero de Buñol
10-12-12
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