Bebo otra copa de vino.
Y el reflejo de tu mirada tras un beso
cabalga nuevamente entre mis venas.
Bebo…
Y el perfume de tu cabello enredado entre mis dedos
llena la ingravidez que soporta mi corazón
Bebo…
sí bebo,
pues tras cada sorbo nuevamente hallo
la alegría de tu sonrisa,
y tras cada nuevo trago…
olvido el dolor de tu distancia
o me precipito más en la melancolía
de tu ausencia…
no sé…
pero bebo otra copa de vino.
Romero de Buñol
12-06-13
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