Diosa…
auspíciame en tu reino
donde el frenesí del
despertar
sea su cuerpo de miel
el que me devore,
que su boca de fresa
sea el desayuno de mi
alma…
Diosa…
atrápame en su sinrazón,
y que mi ser
sea esclavo de sus
encantos,
y la gloria de su gozo
se rinda a mi cada mañana…
Diosa, Afrodita…
haz que esta plegaria se
cumpla
y cada copula mía…
será ofrendada a tu
nombre,
y el deleite de estos
amaneceres
llevaran tu nombre
grabado en cada beso, en
cada caricia.
Romero de Buñol
20-01-13
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