domingo, 28 de agosto de 2011

Antonio Monzonís


Setenta y ocho años
y cómo un duende
saltarín y enérgico
vive la vida alegre.

Vapuleado en su existir,
azotado por la derrota,
sigue remando su barco
día a día,
con amor, felicidad
y las ilusiones se ven florecer
en sus ojos.

Las gútulas en el asfalto
no le arrancaron el ingenio,
La lluvia del otoño
no atemoriza su alma.

Este aprendiz de brujo
con su sombrero calado,
recita poesía entre la gente
volando risueño,

Sí.
así es mi amigo
Antonio Monzonís.
Con acento sino
aparecerá un pero…

Romero de Buñol
28-08-2011

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