
Escapémonos,
huyamos raudos,
fuguémonos…
Vamos al encuentro
de la piel, del deseo.
Paseemos por el goce
de la ambrosia desatada,
Arrojemos las vestiduras
al suelo junto los secretos.
y amémonos fugitivos
junto a las prendas arrojadas,
complazcámonos junto al tanga
que cubría mi locura.
Escapémonos…
siempre nos queda
el consuelo de la noche.
Romero de Buñol
23-07-2011
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