
Llevo los dedos llenos de margaritas,
enredados entre ellos surgen multicolores.
Las amapolas se mezclan con cada palabra
que brota de mi afilado lápiz primaveral.
Se impregna de perfume a jazmín
el papel donde deshojo los alelíes de ensueño,
y los versos toman forma de caléndula amarilla
para armonizar las flores que manan de mis dedos.
Esta noche estrellada, sin duda,
la luna se convertirá en una hermosa rosa,
y el cielo espectacularmente lleno de estrellas
será un campo sembrado de luminosas anémonas.
Y el día que vendrá lucirá el sol,
será soleado,
tendrá fragancias a ayer,
sabor a mañana,
a campo verde
a tierra regada…
Romero de Buñol
06-04-2011
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