Borracho cogí un pincel
y lancé la pintura sobre una pared…
comenzaron a caer los verdes
creando un frondoso valle.
Un cielo azul daba cobijo
a un campo que de frondosa vegetación,
y con un pincel delineador
dibujé un sinfín de delicadas amapolas.
Les di color…
uniforme a todas las que había dibujados,
azul…
cree un campo de amapolas azules
que el viento las balanceaba
y su moviendo me recodaba tu caminar.
Volví a coger mi copa y miré el cuadro,
incompleto,
¿Qué le faltaba a ese cuadro?
Bebí,
miré el cuadro y volví a beber
volví a mirar
Tiré los pinceles
pues lo que faltaba ya no era dibujar,
cogí la pluma
y en cada pétalo
te escribí un poema,
y en cada poema decía que te amaba.
Volví a beber de mi copa,
volví a mirar la pared pintada…
un campo de amapolas azules gobernaba
y de sus pétalos salían
los veros que decían que te amaba.
Ya estaba el cuadro,
el que yo veía en mi interior,
ahora…
firmé con un “tetero”
Romero de Buñol
20-07-13
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