¿Has visto un campo de amapolas
cuando la tenue tarde se refleja en él?
¿Has visto a la mañana llegar silenciosa,
abriéndose un azul paso en la noche?
o…
¿Viste la hermosura de una risa
florecer en los labios ingenuos de un niño,
la primera lágrima de amor
en los ojos adolescentes… de una mujercita?
Belleza que te llega al alma,
belleza que no te deja impasible…
y conmueve cada poro se tu ser…
Así es tu belleza mujer…
belleza que entra en mi alma
y conmueve toda mi vida.
Tu magia…
que hace florecer los nardos
y adornar los desvelos de mi sueño,
que hace que las horas
se evaporen en la espera de oír tu voz…
y en el consuelo
de sentir tu imagen en mis dedos…
¡Ay!
y…
¿Cómo lucha por la suavidad de tu mirada?
¿Cómo no enajenarse por el dulzor de tus besos?
y…
¿Cómo no abdicar a la calidez de tu caricia
envuelta en el añil
de esas amapolas
que a alguien le dio por llamarlas anémonas?
Mujer…
si pudiera darle nombre a todo,
la ninfa Galatea temblaria,
las musas griegas llorarían…
y tan sólo tu ocuparías el trono de la deidad.
Pues eres…
el tibio rayo de sol en mi tarde,
eres…
mi mañana tras la noche…
la música en los pentagramas de mi vida,
el sentido…
a cada acertijo que la vida me planteó…
eres…
simplemente eres tu.
Romero de Buñol
26-06-13
1 comentario:
Hermoso, me ha encantado.
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