Imagino su cuerpo,
imagino su tacto,
imagino su perfume,
imagino…
la compañía de su mirada,
la fragancia de su voz,
el letargo de las horas juntos.
Imagino,
y el sueño se vuelve tortura
cuando el deseo
no es imaginado…
y su presencia no deja de ser ausencia.
Imagino,
una noche bajo las estrellas,
una noche en su compañía,
una noche juntos…
donde lo único que imaginemos
sean las horas inmóviles,
y el tiempo detenido eternamente.
Imagino…
te imagino a mi lado mujer.
Romero de Buñol
19-06-12
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