Voy a llenar tu cuerpo de sudor,
y no, no te escondas en el pudor.
Mi ser de tu cuerpo se va a llenar,
a cada segundo podré tocar
tu piel, y perderme en tu jadear,
amarte, mujer… y volverte a amar.
Será una noche de amor sin fin
usando el deseo como cojín.
gozando nuestros cuerpos con ardor,
tal que no podría apagar ni el mar.
¡Ay…! cómo podría amarte Conchín
Romero de Buñol
13-04-2012
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