Apartado del tiempo,
dormido entre el ahora
y ese momento que viene,
musito un conjuro
de palabras viejas….
Miro la luna
que corre traidora
escondiendo el secreto
que en su faz escribí.
Desnuda la noche
aguarda mi juramento.
Un sapo croa,
una rana salta de una charca,
donde yo miro…
y no hay agua,
ni llovió ayer ni hoy.
¿Dónde se cobijaba
la batracio para sorprenderme?
Cojo una hierba al azar,
la huelo,
huele a noche,
a estrellas,
a canción melancólica
a sangre a vino…
Olfateo nuevamente
la brizna de mi mano
y ella comienza a narrar
mi conjuro, que traerá
un día nuevo,
de palabras plomizas
como las de hoy…
pero con la capacidad
de llegar a florecer
y de caducar ideas
como las de hoy…
Retomo el tiempo,
y cabalgo en la palabra
para florecerla…
y que pronto de ese fruto,
el grito de las almas indignadas.
Romero de Buñol
09-08-2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario