
He de confesarlo,
muere mi ser por acariciar tu pelo,
que mis dedos se enreden por tu cabellos,
y su dorado invada mi mano,
y estas me lleven al cielo.
Mis labios…
suplican clemencia a los tuyos
y degusto su sabor,
que ha de ser dulce,
apasionado,
y cálidos y húmedos…
Tu piel…
rozarla…
desnuda…
y perderme en cada curva
saboreando tu cuerpo…
besándolo,
mordiéndolo,
lamiéndolo…
He de confesarlo
muere mi ser por acariciar tu desnudez
y sentir tu alma palpita
enredada en mis brazos…
Romero de Buñol
04-06-11
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