
Condéname a vagar por tu cuerpo,
condéname a llevarte a las puertas del infierno,
condéname a llevarte al altar de los cielos,
condéname a hacerte gozar diariamente,
condéname…
Condéname a la eternidad de tus caricias,
al deleite de tus carmesíes labios…
a la ambrosía de de tu piel desnuda…
Condéname…
Sí mujer,
Yo pecador deseo la condena de amarte,
de gozarte, y poseerte…
de abrir la puerta del cielo y meterte,
de bajar al infierno y bailar sobre él,
y cada noche de luna llena apagarla…
y ofrendártela en noche de jocosa cópula…
Si mujer, condéname…
condéname a amarte y poseerte…
y dichoso cumpliré mi castigo...
hasta que el firmamento se apague…
y lluevan escandalizados los dioses
que en él habitaban…
Condéname…
Sí mujer, condéname.
Romero de Buñol.
01-02-11
1 comentario:
leerte me ha hecho sentir muy bien. tus manifiestos me han orillado a la lujuria mental, al acto sublime de amar sin sensura, y bagar por los infiernos y no kerer salir de ellos... buenos textos.
felicidades
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